La noticia de esta semana la localice en el
semanario Proceso en el cuál se habla de la aparición de un activista que había
sido “levantado” por policías municipales en Chiapas.
Los hechos sucedieron en la plaza
pública del municipio de Motozintla donde acontecían los festejos de la
independencia cuando Leandro García López mostró al alcalde una cartulina que
decía “Cállate rata”, después de eso fue detenido por policías estatales y
municipales.
El activista fue golpeado
en diferentes partes del cuerpo, ocasionándole lesiones internas en la
costilla, enseguida fue trasladado a la cárcel municipal para después
llevarlo al penal de Tapachula, el detenido fue golpeado en diversas partes del
cuerpo. Lo trasladaron sin camisa, con una bolsa de plástico en la cabeza y
esposado. Lo subieron a una pick up blanca sin placas de circulación, propiedad
del ayuntamiento de Motozintla.
Al ciudadano en mención los policías
le implantaron una pistola para poder detenerlo por el cargo de portación de
armas, sus familiares y amigos pudieron localizarlo para que saliera por una
fianza.
A todas luces se observa el regreso del autoritarismo y la represión priista, este tipo de prácticas parecieran
de una dictadura y no de un Estado social y democrático de derecho. La Constitución señala en el
artículo 115, fracción VII que la policía preventiva estará a cargo del
presidente municipal de conformidad con la Ley de Seguridad Pública Estatal, la
detención arbitraria del activista evidentemente resulto de una actuación ultra vires por parte del presidente
municipal quien se tiene que sujetar a la ley y no a su discresionalidad.
No sobra agregar a esta entrada que la intervención de los organismos de derechos humanos tiene que ser expedita, adecuada y precisa para evitar que este tipo de casos y como el de Rosendo Radilla Pacheco que llego a la Corte Interamericana de Derechos Humanos sigan ocurriendo en México.
La desinformación persiste en el país y los ciudadanos mexicanos no debemos dejar desapercibidos estos acontecimientos. Estamos en presencia, compañeros,
de un descarado abuso de autoridad.
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